Almas Gemelas

¿Creen en las almas gemelas? Yo sí. Antes no creía en ellas. Pensaba, como dicta la creencia popular, que “los opuestos se atraen”. Estaba convencida que lo más parecido a un alma gemela no era tal cosa, sino un alma más bien opuesta y complementaria a lo que uno es. Estaba tan convencida de ello que varias de mis relaciones (si no es que todas) se basaban en ese supuesto. Todos y cada uno eran exactamente lo opuesto a mí. Tengo que admitir que al principio es emocionante. Conoces y haces cosas diferentes a lo que normalmente harías pero pasado el tiempo, todo lo que te atraía de esa persona ahora es justamente lo que no te gusta.

Entonces, después de mucho meditar y caminar por la vida y vivir experiencias agridulces en esto del amor, finalmente me di cuenta de que eso de “los opuestos se atraen” es un absurdo, está perfecto para las clases de física pero no para las relaciones sentimentales. Descubrí, muy a mi pesar, que el alma gemela existe, no sé cómo funciona, no sé si llamarlo destino o casualidad o quizá suerte, pero ahora estoy convencida de que allá afuera existe nuestra alma gemela. Y lo he pensado tanto que puedo explicar mi teoría acerca de esto con una comparación:

Creo que las almas son fabricadas como se fabrican los productos en serie, si, muchas a la vez y siento que todas esas personas que conocemos y tenemos gran afinidad y con quienes nos identificamos son esas almas que por decirlo así son del mismo lote, ¿tiene sentido? y creo que dentro de toda esa producción masiva los moldes vienen en pares así que dos almas son creadas casi idénticamente y como solo puede haber una por cuerpo… pues se ven destinadas a separarse pero cuando se encuentran, se reconocen enseguida.  Sé que suena un poco loco pero es la forma más fácil de explicarlo que he encontrado.

Y así es… se reconocen enseguida, muchas veces no se quiere aceptar por estar con otra persona en ese momento, a veces es demasiado tarde, pero en verdad creo que deberíamos buscar a esas personas con las que puedes compartir lo que haces, lo que te gusta, lo que amas de la vida,  obviamente habrá diferencias, porque aceptémoslo, cada cabeza es un mundo. Pero también debemos aceptar  que el amor se acaba (hablaré de eso en otra ocasión) y si no tienes nada que compartir la situación se tornará muy difícil y caeremos en la rutina y en estar con esa persona por costumbre, por conveniencia, por lástima o porque no te quedó de otra o como diría Ricardo Arjona, “por ese miedo idiota de verte viejo y sin pareja que te hace escoger con la cabeza lo que es del corazón”.