Poniéndonos Festivos

Con la colaboración de Jaimasso de Sociedad Imagen

Italia y México reunieron talentos y esfuerzos para entregarnos la 30°ma edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, la cual resultó un éxito internacional no sólo entre los amantes del cine, sino entre aquellos devotos de los efectos especiales y las increíbles creaciones de Guillermo del Toro.  El nacido en Jalisco un 9 de octubre de 1964 (“Navidad” para los que profesamos la Torología), no sólo brindó nostálgicas vivencias al público que pudo disfrutar de sus enseñanzas, sino que regaló un par de consejos notables que, sin duda, enriquecieron el contenido del FICG. Como cofundador, era imprescindible que se le viera en algún momento en el tiempo y espacio, en esta hermosa isla de violencia y guerra a la que llamamos Sin City México. Tras haberse retirado al extranjero en el año de 1998, después del secuestro de su padre, San Del Toro (cómo le rezamos algunos), decidió mudar su genialidad al extranjero. Sin embargo, ha vuelto…y recargado (¡No! No, nos referimos al sobrepeso), para concluir uno de los Festivales más anticipados y consolidados de nuestro país. Al respecto, Pinky Ginny, tuvo la dicha de escuchar las palabras del esposo del ganador de los premios BAFTA, Cannes, Goya, Ariel y Cóndor de Plata, en vivo, a quien agradecemos nos comparta sus impresiones.

-¡Te dejamos los teclados Ginny, gracias por el reporte! :

16 de marzo de 2015, Gudalajara, Jalisco.- Hace unos días tuve el gusto de asistir al Festival Internacional de Cine en mi hermosa Guadalajara. En esta edición, la número 30, regresó cual hijo prodigo, Guillermo del Toro Memo “pa los cuates”.

Si no tienen el gusto de haber asistido al FICG déjenme empaparlos un poco: nació como la Muestra de Cine Mexicano en Guadalajara por allá del año 1986 organizado por la Universidad de Guadalajara. En aquel entonces, Memo del Toro, un veinteañero fascinado por los efectos especiales y la animación,  junto con su fiel amigo y compañero Rigo Mora fueron grandes impulsores de este evento. Con los años,  la muestra pasó a ser festival, el Guadalajara Film Festival para que se escuchara cool, y fue hasta el 2002 que tomó el nombre que lleva ahora.

Pero bueno, no estoy escribiendo para contarles la historia del FICG sino para compartirles las enseñanzas que me dejó el Maestro Del Toro.

Un hombre sencillo, carismático y con los pies bien puestos en la tierra es la impresión que me llevo de este paisano sí ya sé, todos somos mexicanos pero yo también soy tapatía.

Entre risas, bromas y palabras altisonantes contó su historia de vida: desde esos días de veinteañero con Rigo Mora, en los que experimentaron con los efectos especiales, echando a perder los hornos de la mamá de Rigo y de la esposa de Memo tal vez yo los hubiera corrido de mi casa.


Dice Memo que pocos o nadie creía en él, en sus visiones, en sus ideas y muchas veces se quedó solo; afortunadamente, nunca dejó de creer en el mismo y aquí es donde se me grabaron sus palabras: “Yo soy mi propia empresa”. Y efectivamente ¿quién cree más en ti, que tú mismo? Valga la redundancia. Uno debe de hacer y dedicarse a lo que le gusta y vuelvo a citarlo: “un cineasta siempre es cineasta, incluso aunque no esté haciendo cine”.

¡Tiene tanta razón! Uno no deja ser lo que es. Y es curioso como la vida te va llevando por caminos insospechados. Algunos tienen la dicha de encontrar su verdadera pasión cuando son muy jóvenes, otros, la encontramos un poco más grandes y lo digo por mi porque a lo que me dedico no existía hace 10 años. Pero el mensaje es claro: “unos odiarán tus películas, unos las amarán, pero una película siempre encuentra su público, incluso si es un grupo de 20 jóvenes en Noruega, ese es tu público” no sabía que el Señor del Toro supiera tanto de inteligencia de mercados.

El punto es: No importa que tan absurdo parece lo que haces, seguro a alguien le gusta, sólo tienes que creer en ti mismo, creer en tu idea y nunca dejar de buscar tu mercado meta. Amén…

-Regresamos los teclados al estudio. Muchas gracias, Jaimasso. Reportó desde Guadalajara, Pinky….Ginny.

Así las cosas, finalizó esta edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, que nos dejó ganadores cómo “600 millas” en la categoría de Premio Mezcal a la Mejor Película Mexicana, “Ixcanul”, como Mejor Película Iberoamericana y coproducciones Chile-Estados Unidos en la categoría de Mejor Documental Iberoamericano; además, con la presencia de más de 110 mil asistentes, 315 películas exhibidas -110 en competencia oficial- y una bolsa en premios por más de $1,500.000 más unos cupones para muebles Troncoso y una mochila Chenson, sin posibilidad de catafixia, resultó ser una gran plataforma para creadores Iberoamericanos, prometiendo una gran 31°ma edición, cuando nuestros hermanos Suizos pisen tierras jaliscienses.

Sin duda, uno de los hechos que dejará marcada esta edición, es la presencia de Guillermo del Toro, un gran exponente no sólo como cineasta, sino como hito a emular entre mexicanos, en la espera de que, en un futuro no muy lejano quizá para Pacific Rim 2, genios como Memo surjan en cada rincón del territorio y cuyo esfuerzo sea reconocido y protegido por las instancias gubernamentales. En víspera de ello, nos queda compartir su experiencia cómo el Zaratustra de Jalisco, cómo el Yoda de nuestro cine, cómo el Rafiki de los efectos especiales, el Shi-Fu de la innovación nacional y el Miyagi de la industria cinematográfica de ciencia ficción. Esperamos vuelva pronto al país y, en ese reencuentro se lleve una grata sorpresa de progreso.

Amén. Os podéis ir en paz


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