Alineando Estrellas
Hace años, literal, que no escribía. Estaba pasando tanto en mi vida que no tenía el tiempo ni las ganas pero creo que es hora de regresar a escribir.
Pues bien, regresando un poco en el tiempo, a principios del año pasado, escuché a una numeróloga que daba consejos de acuerdo a "tu año", resultó que el 2018 fue mi "año 1", el año de "comenzar", lo que fuera, solo había que comenzarlo. Y así lo hice. Empecé tantas cosas, proyectos, relaciones, negocios, empecé a nadar, empecé a entrenar para maratón, empecé nuevas sociedades, y mágicamente empezó a fluir todo, me empezó a ir excelentemente bien en todo lo que iniciaba, me sentí, como hace muchos años, invencible.
El 2018 terminó bien, en general porque el 31 de diciembre estaba en cama, con fiebre comiendo Maruchan, nada glamuroso. Pero eso significaba que mi año de comienzos terminaba, y ahora, el 2019, mi año 2, de alianzas estratégicas comenzaba.
Aún con el rush del año anterior, en enero sufrí un accidente y me esguincé el pie derecho. Vale la pena comentar que jamás en la vida había sentido tanto dolor, ni siquiera cuando me han operado, pero bueno, tuve que dejar de hacer ejercicio por un tiempo y eso arruinó por completo mis planes deportivos. Tengo que admitir que me dió para abajo, me deprimí un poco, sobre todo porque no pude hacer el medio maratón de Guadalajara que tenía corriendo ininterrumpidamente desde 2014. Tuve que ajustar mi calendario, cancelar mi sueño de hacer triatlón y empezar de cero.
Sorpresivamente me repuse rápido, en abril ya estaba de vuelta haciendo medio maratón y me aventuré a hacer trail. Hace muchos años, cuando inicié a correr hacía trekking pero correr en el cerro es otro boleto.
En algún momento del verano, me presentaron a un coach de triatlón. Me aceptó como su alumna no sin antes advertirme que tenía que entregarme al deporte, que mis relaciones probablemente sufrirían o fracasarían y que tenía que estar sí o sí dedicada.
Acepté el reto y cual va siendo mi sorpresa que me lesioné apenas 2 meses después de empezar. En ese momento mis peores miedos volvieron a aparecerse. No hubo analgésico que me quitara el dolor, ni el reposo, ni las vacaciones, nada. Fue entonces que me di cuenta que todo era mental. De alguna manera mi mente se convenció de que no podía hacerlo, que era demasiado para mi, que tal vez ya estoy muy vieja para entrenar a ese nivel.
Empecé a analizar mi vida y descubrí que en diferentes facetas me estaba pasando lo mismo y me rehusaba a aceptarlo. Tuve que hacer una pausa. Huí a la Ciudad de México. Y es que allá, el caos me da cierta perspectiva sobre las cosas que ocurren en mi vida. Me desconecto y cuando regreso todo parece mejor.
El dolor está desapareciendo, y sin analgésicos. Los entrenos parecen ir bien, parece que estoy recuperando el tiempo perdido. Aún hay mucho por hacer y regresar a terapia parece la mejor opción para encontrar la mejor versión de mi misma. Incluso me metí a un proceso de coaching que aunque tengo mis reservas (no soy fan de eso) parece ser que es algo que en verdad necesitaba y es que la psicóloga dice que necesito herramientas para lidiar con esta etapa de mi vida, así que tomaré todas las que pueda para empezar a alinear todas las estrellas.
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It's been years, literally, since my last entry. It was happening so much in my life that I didn't have the timeor the desire to write but I think it's time to star again.
Well, going back in time, at the beginning of last year, I heard a numerologist giving advice according to "your year", it turned out that 2018 was my "year 1", the year of "starting",whatever it was, you just had to start. So I did. I started so many things, projects, relationships, business, I started swimming, I started training for a marathon, I started new partnerships, and magically everything began to flow, I was doing great in everything I started, I felt, like many years ago, invincible.
2018 ended well, in general terms, because on December 31st I was in bed, with fever, eating Maruchan, nothing glamorous may I say. But that meant that my year of beginnings ended, and now, 2019, my year 2, of strategic alliances began.
On January, still with the rush of the previous year I had an accident and I twisted my ankle. It is worth saying that I had never felt so much pain in my life, not even when I had surgery. I had to stop exercising for a while and that completely ruined my sporting plans. I have to admit that that took my spirits down, I got a little depressed, especially since I couldn't do the Guadalajara half marathon that I had been running non stop since 2014. I had to adjust my calendar, cancel my dream of doing triathlon and start from scratch.
Surprisingly I recovered very quickly, in April I was back doing half marathon and ventured to trail. Many years ago, when I started running I did a little bit of trekking but running on the mountain is something else.
At some point during the summer, I was introduced to a triathlon coach. He accepted me as his student but not before warning me that I had to surrender to the sport, that my relationships would probably suffer or fail and that I had to be 100% dedicated.
I accepted the challenge and to my surprise I was injured just 2 months after starting. At that moment my worst fears reappeared. There was no meds that would take away the pain, or rest, or vacations, nothing. It was then that I realized that everything was mental. Somehow my mind became convinced that I couldn't do it, that it was too much for me, that maybe I'm too old to train at that level.
I began to analyze my life and discovered that in different aspects the same thing was happening to me and I refused to accept it. I had to pause. I fled to Mexico City. And there, chaos gave me some perspective on the things that were happening in my life. I disconnect and when I returned everything seemed better.
The pain is disappearing, and without any pain killers. The training seems to be going well, it seems that I'm making up for lost time. There is still so much to do and returning to therapy seems the best option to find the best version of myself. I even got into a coaching process that although I have my reservations (I'm not a big fan of coaching) it seems that it is something that I really needed and is like the psychologist says, that I need tools to deal with this stage of my life, so I will take as many as I can to start aligning all the stars.
Pues bien, regresando un poco en el tiempo, a principios del año pasado, escuché a una numeróloga que daba consejos de acuerdo a "tu año", resultó que el 2018 fue mi "año 1", el año de "comenzar", lo que fuera, solo había que comenzarlo. Y así lo hice. Empecé tantas cosas, proyectos, relaciones, negocios, empecé a nadar, empecé a entrenar para maratón, empecé nuevas sociedades, y mágicamente empezó a fluir todo, me empezó a ir excelentemente bien en todo lo que iniciaba, me sentí, como hace muchos años, invencible.
El 2018 terminó bien, en general porque el 31 de diciembre estaba en cama, con fiebre comiendo Maruchan, nada glamuroso. Pero eso significaba que mi año de comienzos terminaba, y ahora, el 2019, mi año 2, de alianzas estratégicas comenzaba.
Aún con el rush del año anterior, en enero sufrí un accidente y me esguincé el pie derecho. Vale la pena comentar que jamás en la vida había sentido tanto dolor, ni siquiera cuando me han operado, pero bueno, tuve que dejar de hacer ejercicio por un tiempo y eso arruinó por completo mis planes deportivos. Tengo que admitir que me dió para abajo, me deprimí un poco, sobre todo porque no pude hacer el medio maratón de Guadalajara que tenía corriendo ininterrumpidamente desde 2014. Tuve que ajustar mi calendario, cancelar mi sueño de hacer triatlón y empezar de cero.
Sorpresivamente me repuse rápido, en abril ya estaba de vuelta haciendo medio maratón y me aventuré a hacer trail. Hace muchos años, cuando inicié a correr hacía trekking pero correr en el cerro es otro boleto.
En algún momento del verano, me presentaron a un coach de triatlón. Me aceptó como su alumna no sin antes advertirme que tenía que entregarme al deporte, que mis relaciones probablemente sufrirían o fracasarían y que tenía que estar sí o sí dedicada.
Acepté el reto y cual va siendo mi sorpresa que me lesioné apenas 2 meses después de empezar. En ese momento mis peores miedos volvieron a aparecerse. No hubo analgésico que me quitara el dolor, ni el reposo, ni las vacaciones, nada. Fue entonces que me di cuenta que todo era mental. De alguna manera mi mente se convenció de que no podía hacerlo, que era demasiado para mi, que tal vez ya estoy muy vieja para entrenar a ese nivel.
Empecé a analizar mi vida y descubrí que en diferentes facetas me estaba pasando lo mismo y me rehusaba a aceptarlo. Tuve que hacer una pausa. Huí a la Ciudad de México. Y es que allá, el caos me da cierta perspectiva sobre las cosas que ocurren en mi vida. Me desconecto y cuando regreso todo parece mejor.
El dolor está desapareciendo, y sin analgésicos. Los entrenos parecen ir bien, parece que estoy recuperando el tiempo perdido. Aún hay mucho por hacer y regresar a terapia parece la mejor opción para encontrar la mejor versión de mi misma. Incluso me metí a un proceso de coaching que aunque tengo mis reservas (no soy fan de eso) parece ser que es algo que en verdad necesitaba y es que la psicóloga dice que necesito herramientas para lidiar con esta etapa de mi vida, así que tomaré todas las que pueda para empezar a alinear todas las estrellas.
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It's been years, literally, since my last entry. It was happening so much in my life that I didn't have the time
Well, going back in time, at the beginning of last year, I heard a numerologist giving advice according to "your year", it turned out that 2018 was my "year 1", the year of "starting",whatever it was, you just had to start. So I did. I started so many things, projects, relationships, business, I started swimming, I started training for a marathon, I started new partnerships, and magically everything began to flow, I was doing great in everything I started, I felt, like many years ago, invincible.
2018 ended well, in general terms, because on December 31st I was in bed, with fever, eating Maruchan, nothing glamorous may I say. But that meant that my year of beginnings ended, and now, 2019, my year 2, of strategic alliances began.
On January, still with the rush of the previous year I had an accident and I twisted my ankle. It is worth saying that I had never felt so much pain in my life, not even when I had surgery. I had to stop exercising for a while and that completely ruined my sporting plans. I have to admit that that took my spirits down, I got a little depressed, especially since I couldn't do the Guadalajara half marathon that I had been running non stop since 2014. I had to adjust my calendar, cancel my dream of doing triathlon and start from scratch.
Surprisingly I recovered very quickly, in April I was back doing half marathon and ventured to trail. Many years ago, when I started running I did a little bit of trekking but running on the mountain is something else.
At some point during the summer, I was introduced to a triathlon coach. He accepted me as his student but not before warning me that I had to surrender to the sport, that my relationships would probably suffer or fail and that I had to be 100% dedicated.
I accepted the challenge and to my surprise I was injured just 2 months after starting. At that moment my worst fears reappeared. There was no meds that would take away the pain, or rest, or vacations, nothing. It was then that I realized that everything was mental. Somehow my mind became convinced that I couldn't do it, that it was too much for me, that maybe I'm too old to train at that level.
I began to analyze my life and discovered that in different aspects the same thing was happening to me and I refused to accept it. I had to pause. I fled to Mexico City. And there, chaos gave me some perspective on the things that were happening in my life. I disconnect and when I returned everything seemed better.
The pain is disappearing, and without any pain killers. The training seems to be going well, it seems that I'm making up for lost time. There is still so much to do and returning to therapy seems the best option to find the best version of myself. I even got into a coaching process that although I have my reservations (I'm not a big fan of coaching) it seems that it is something that I really needed and is like the psychologist says, that I need tools to deal with this stage of my life, so I will take as many as I can to start aligning all the stars.
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