Lunes...
¡Hola de nuevo! Me he desaparecido un tiempo, pero es que he
tenido mucho trabajo. De hecho tengo un nuevo trabajo. Es un trabajo que amo y
que me cayó del cielo. Soy community manager en una empresa de social media. Y
de verdad no miento cuando digo que amo mi trabajo.
Pero como es costumbre, no hablaré sobre mi trabajo. Hablaré
acerca de los lunes. Sí, ese primer día de la semana que todos odiamos. La
verdad es que nunca había entendido porque todos lo odiaban tanto. Ahora me doy
cuenta: es el karma por todo lo que hacemos el fin de semana. Relajarse de más,
desvelarse en exceso, dormir en exceso, comer en exceso, bueno, muchos excesos.
Existe un estudio realizado por una compañía británica, en
el que señalan que los lunes la gente no empieza a sonreír sino hasta las 11:16
am ¿pueden creerlo? Si en promedio todos los Godinez (término usado para
denominar al típico oficinista del que hablaré en otra ocasión) entramos a las
9, son más de dos horas de malas caras (como si no fuera suficiente aguantar a
los de por si mal encarados jefes todos los días). Además las horas productivas
se reducen a la impresionante cantidad de 3 a 5 horas en este día mortífero.
Pues bien, sí, odio los lunes y eso que amo mi trabajo,
imaginen si no lo hiciera. En este día infernal ni siquiera la idea del viernes
te hace sonreír, de hecho creo que es más que deprimente pensar que falta toda
la semana para que llegue tan ansiado día, sin mencionar que el tiempo transcurre
en cetáceo (si no entendieron eso les aconsejo que vean la película de Nemo).
Y cómo es lunes ya dejaré de escribir. Sólo les dejo una de
mis frases favoritas de Confucio: “elige
un trabajo que en verdad ames y no tendrás que trabajar ni un solo día de tu
vida”
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